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jueves, 21 de mayo de 2020

Volver. . .

Desde "buendianoticia.com."

En Mayo del año pasado, casi parecía una despedida,  los ochenta pesan en la mochila como melones de plomo. . . 
Pero. . . 
La vida sigue, si fuéramos un bote de vela pequeño, nos impulsa en forma constante en dirección a nuestro puerto final, que nunca veremos a lo lejos, solo se ve al llegar.

Ahora agregué un melón más a mi mochila, ahora ya son ochenta y uno.

Y como parece que hay tinta, seguiremos escribiendo y describiendo algunas cicatrices "que nos causó la vida en su largo trajinar".

Cuando amanecí, sentí el llamado de este mi Blog predilecto, en cuanto a sentir y pensar yo mismo y sin tapujos.

Comencé leyendo viejas notas, publiqué  una para los amigos lectores de buendianoticia.com   con los que tengo una deuda de afecto increíble, me acompañan sin claudicar, aunque este año último, anduve a los tumbos con mi trabajo editorial, que lejos fue como los años anteriores.

Ahora, me propuse escribir otra carta, esta, que nos ponga otra vez en camino.

"Cartas para mis hijos",  es solo la herencia, pobre, que dejaré a mi partida, y como su destino final, es solo ayudar a pensar a padres e hijos, sobre la experiencia vivida en mis años de pasar por este mundo, y no quiere ni pretende ser una guía para nadie, solo es a modo de advertencia para pensar.

Hoy el día gris, tormentoso, esta como yo, con recuerdo y consecuencias de acontecimientos pasados pero que se renuevan.

En oportunidad difícil de mi vida, en una encrucijada, tomé la decisión de elegir un camino, sin saber cómo sería al final, pero eso nadie lo sabe, por lo tanto uno u otro sendero proponía dudas enormes y la elección fué muy dura.

Tan dura que costó mucho tiempo y mucho dolor para poder llegar al punto en que me encuentro, a Dios le agradezco lo mucho que me dió y ahora solo queda el final del recorrido, considerando que el resultado fue maravilloso.

Pero, en una de las primeras etapas, soporté un juicio implacable y muy doloroso de quienes tomaron parte en forma inaceptable en mi contra, dejando heridas muy profundas en mi alma, y sin posible respuesta o remedio.

Hoy pasados los años, me entero, casi por casualidad, que mis jueces implacables, cayeron en el mismo pozo de sombras, en los mismos baches del camino, y se fueron a la cuneta, como una vez me fuí yo.

Ahora, ¿como será la explicación que justifique su salida del camino?

No pretendo verlos ni preguntar, pero ¿como se ve? del otro lado?  
Cuando alguien te apunte con el dedo, y te diga: Culpable.

La vida te pone en situación, de seguir un camino, y en algún momento, debes retornar, pasar por el mismo lugar, siempre se vuelve. . . 

¿Como será su vida ahora que conocen las dos caras de la moneda?

¿Serán tan duros, ahora como entonces?, o ahora verán, la viga en sus ojos, como juzgaron la mota en el ajeno?

Tengo claro, que es muy probable,  que sus justificaciones sean muy superiores a las mías de entonces, las mismas, pero ahora de ellos, más atendibles y fáciles de digerir.

A mi, me queda pedir al buen Dios, que les de, una nueva oportunidad, como a mi me dió, y que ellos ni pensaron posible para mi, y me condenaron.

La vida es una gran maestra, te explica, te enseña, y luego te toma el examen correspondiente, que por mucho estudiar, no siempre obtiene la nota apetecida, y repetir no siempre es fácil.

Pero a larga aprendemos a estudiar.

Siempre es posible, retomar caminos, pero no es fácil, transitar lugares desconocidos, tiene sobresaltos y dudas, y como dice el maestro Machado,   
"Caminante, no hay caminos, 
se hace camino al andar, 
 y  al volver la vista atrás, 
verás los pasos que no volveras  a dar ".

Este llamado a la comprensión, debiera acompañarnos durante toda nuestra vida, pero no todos podemos aceptar tomar esa medida para todos incluidos nosotros mismos.

Con el afecto de siempre.

Rodolfo Griffa.                



   

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