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jueves, 8 de agosto de 2013

De Actualidad


             2013


Querido hijo . . .






























Querido hijo, el día que me veas viejita, te pido por favor que me tengas paciencia. 
Entiende que la vida es un ciclo y todos volvemos a ser niños!!!
Si cuando hablo contigo, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme: “eso ya me lo contaste” solo escúchame por favor….
Cuando quiera comer algo que no deba por mi salud, no me grites, explícame con cariño así como yo te explicaba muchas veces el daño que hacían los dulces.
Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras.
Recuerda que yo te enseñé a hacer muchas cosas como: comer, vestirte, peinarte, y cómo confrontar la vida…
El día que notes que me estoy volviendo vieja, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme…
Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa(o), o arrogante. 
Ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo, que me pidas consejos y me tomes en cuenta.
Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te la ofrecí cuando diste tus primeros pasos.
Cuando estos días vengan, no te sientas triste ni me hagas sentir incompetente, ayúdame mientras llego al final de mi vida, pero con amor y cariño. 
Regalame flores “ahora” que puedo oler su aroma, dime que me amas “ahora” que aun puedo escucharte, demuéstrame tu amor “ahora” que puedo verte. 
Aunque no tenga dinero para premiarte con un regalo, yo te lo agradeceré con una gran sonrisa, TE AMO

Atte: Tu Vieja!!!…

Colaboración:
Cheril Fernandez.

miércoles, 7 de agosto de 2013

De Actualidad


                2013



Viejo, ya no te tengo. . .  

 ¿Quién fue el Dios que nos apartó ?
¿ Por que tan pronto.?
Cuando empezaba a conocerte.
A descubrir las razones de tu rebeldía.
De tu manera de actuar, 
despreciando las cosas establecidas.
De tu manera de actuar, 
despreciando las  rutinas.
Aquellas que nos conducen a una sumisión
Inadmisible.
Por qué no me dejaron escucharte un poco
más.
A entender tus conductas, tus rebeldías.
No supe callar cuando tu voz sonaba.
No  fui capaz de silenciar mi voz para
oir la tuya.
Tal vez tenías razón, quizás no.
Pero era tu razón.
Y mi silencio hubiera sido la posibilidad
de hacer tronar tus gritos o tus palabras,
pero tuyos, irrepetibles.
Cuando la vida te calle, será demasiado
tarde para pedir escucharte.
La muerte, inexorable, nos acalla,
nos silencia.
Y lo que dijimos en vida nos sobrevivirá,
a pesar de los años.
Papá, volvé a decirme lo que me negué a oir.
Hoy lo necesito, y no se como hacer,
para que estas palabras perduren.
Tal vez sea demasiado tarde.
Posiblemente no tenga derecho a
pedir oir nuevamente tus palabras,
que me hablan de amor, amistad,
de familia, de humildad, de tolerancia,
de respeto.
Del comportamiento de un hijo que va
a ser para siempre tu mejor y mas
querido alumno.
 Autor desconocido.